DISEÑADORES DE ETIQUETAS / DISEÑO DE ETIQUETAS – Can-Vi es el proyecto de tres emprendedores, apasionados de los vinos, que han apostado por vender sus caldos en latas. Para ello disponen de unos viñedos situados junto al Monasterio de Santes Creus, en el Alt Camp (Tarragona), que cuentan con una certificación ecológica de 20 años de edad.

El estudio barcelonés, Bulldog Studio, ha sido el encargado de dar vida a este proyecto en el que pretendían acercar el vino a nuevos targets. El nombre del producto soporta el concepto que hay detrás de él. Can significa lata en inglés y vi, vino en catalán; pero cuando se juntan dan lugar a canvi, que significa cambio y el concepto-motor que querían que transmitiese el producto. De este modo, el estudio realizó una ilustración de corte clásica que está compuesta por un paisaje en el que destacan unas mariposas con las que se refuerza el referido «cambio», como el que realizan las orugas hasta llegar a mariposas y que es el que pretenden que hagan los consumidores de este producto pasándose a la lata. 

Según Carles Sala, director creativo de Bulldog Studio, “Hemos querido que los acabados que se reflejan en la etiqueta hagan pensar en una etiqueta de vino tradicional, trasladando ese know-how a la lata y rompiendo así el estigma de que ésta no puede ser un envase premium. En este sentido, también hemos utilizado un papel piedra de Avery Dennison, origen 100% mineral, y hemos aplicado unos stampings y bordes perforados en el troquel para elevar la categoría del producto”.

Can-Vi tienen previsto lanzar versiones de tinto y rosado. El producto se está vendiendo en Estados Unidos y Australia, y su distribución será internacional. Su PVP es de 4,50 euros por lata. 

La etiqueta es envolvente. La contraetiqueta se aleja de una construcción o diseño clásico, enfocada a captar nuevos públicos y ayudar a realizar el cambio de mentalidad deseado. Coreti ha sido el fabricante de etiquetas que la ha impreso.